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¿Es la anorexia nerviosa una enfermedad del metabolismo?

Un análisis genético, de miles de pacientes, sugiere que el origen de este trastorno de la alimentación no reside solo en la mente.

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La anorexia nerviosa afecta entre el 1 y el 4 por ciento de la población mundial femenina, así como el 0,3 por ciento de la masculina. Hasta la fecha, esta compleja enfermedad se define como un trastorno psiquiátrico. Sin embargo, un estudio genético reciente, publicado por la revista Nature Genetics, sugiere que el metabolismo también desempeña un importante papel en el desarrollo de la enfermedad.

Hunna J. Watson de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, junto con más de 100 científicos de centros de investigación europeos, norteamericanos, australianos y asiáticos, realizó un estudio de asociación del genoma completo (GWAS, por sus siglas en inglés) e identificó 8 variantes genéticas relacionadas con la anorexia nerviosa.

El análisis GWAS comparó 16.992 casos de anorexia nerviosa con 55.525 sujetos sanos, de descendencia europea y 17 nacionalidades distintas. Este tipo de confrontación de datos procedentes de un elevado número de individuos permite hallar genes presuntamente asociados con características observables, como por ejemplo enfermedades.

De acuerdo con los resultados, las alteraciones genéticas identificadas  en la investigación también participan en otros desórdenes de conducta, como la depresión, la ansiedad, la esquizofrenia y el trastorno obsesivo compulsivo. Ello explicaría por qué algunos pacientes manifiestan la anorexia nerviosa junto con estas enfermedades psiquiátricas.

No obstante, la novedad del trabajo reside en otra coincidencia. Al parecer, la anorexia nerviosa compartiría características genéticas con la diabetes de tipo 2 o el metabolismo de las grasas. Asimismo, las regiones del genoma alteradas también influenciarían la actividad física. De hecho, la hiperactividad patológica constituye una de las manifestaciones clínicas de este trastorno de alimentación.

Hasta la fecha, cualquier cambio observado en el metabolismo de los pacientes se atribuía a la inanición ocasionada por la poca o nula ingesta de comida. Ahora, sin embargo, los autores postulan que las alteraciones metabólicas podrían constituir el origen, no la consecuencia, de la anorexia nerviosa. Asimismo, para los investigadores, la desregulación del metabolismo dificultaría a los pacientes recuperar el peso perdido, incluso después de someterse a tratamiento médico.

De confirmarse, el hallazgo no solo ofrecería nuevas vías para luchar contra la enfermedad, si no que también supondría una nueva definición de la anorexia nerviosa como un trastorno metabólico, además de psiquiátrico.

Marta Pulido Salgado

Referencia: «Genome-wide association study identifies eight risk loci and implicates metabo-psychiatric origins for anorexia nervosa», de H. J. Watson et al., en Nature Genetics, publicado el 15 de julio de 2019.

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Aditivos que son beneficiosos para la salud

Es posible que conozcas a alguna persona que mira con ansiedad las etiquetas de ingredientes de la comida buscando letras y números, como por ejemplo E330. Estos códigos tienen mala fama últimamente, la industria alimentaria lo sabe y a la mínima ocasión pone en el envase «sin aditivos».

Otra posible solución es que pongan ácido cítrico en lugar de E330, ya que parece que suena menos amenazador, pero seguirá siendo zumo de limón.

Aditivos que son beneficiosos para la salud
Este cartel fue creado por Klaas Wynne, catedrático de Química de la Universidad de Glasgow, y adaptado al español por Mauricio-José Schwarz.

La seguridad alimentaria nunca es total, pero al contrario que el postre de tu menú del día que te venden como «casero», todos los aditivos han pasado una serie exhaustiva de pruebas para asegurarse de que no producen efectos adversos.

Por supuesto siempre hay un porcentaje pequeño de personas que tienen alergia a algún aditivo, igual que algunas personas son alérgicas a los cacahuetes o a la soja.

Los expertos coinciden en que los alimentos frescos y mínimamente procesados son mejores para la salud. Aun así, los aditivos son en general neutros y algunos de ellos aportan beneficios para la salud. La mayor parte de ellos se emplean como antioxidantes y conservadores.

Así que, si puedes aparcar tu quimiofobia durante un rato, estos son algunos de los aditivos que te debería alegrar encontrar en tu comida:

E300

Vitamina C

No necesita presentación, pero quizá no sepas que se utiliza habitualmente como conservante en la comida procesada, protegiéndola de la oxidación, igual que a ti te protege del estrés oxidativo y las enfermedades asociadas, especialmente las neurodegenerativas. Lo más probable es que en la etiqueta de detrás aparezca como ácido ascórbico, y luego en grande en la parte delantera del paquete en la forma «¡CON MÁS VITAMINA C!»

E101

Riboflavina o vitamina B2

Se usa como colorante amarillo, pero es una vitamina necesaria para regular la función tiroidea y la producción de sebo en la piel, por lo que es buena para el acné y el pelo graso, y se está estudiando como tratamiento del melanoma.

E100

Curcumina

Es el colorante amarillo que se usa en el curry y tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, especialmente si se combina con piperina, el principio activo de la pimienta negra.

E163

Antocianinas

Se extraen de la piel de las uvas negras para usarlas como colorante de color violeta, pero resulta que esta sustancia también es un poderoso antiinflamatorio y antioxidante que se está estudiando como prevención y tratamiento del cáncer.

E160d

Licopeno

Es un colorante rojo que se extrae del tomate y que, como los demás, es un antioxidante que protege al corazón, pero sobre todo a la piel y a los ojos de los rayos ultravioleta.

E412

Goma Guar

Es un espesante presente en helados, salsas y sopas. Contiene mucha fibra y provoca sensación de saciedad y en pacientes con diabetes y obesidad se ha comprobado que regula la glucosa y el colesterol.

E415

Goma Xantana

Otro espesante muy usado, tanto en la comida preparada como en tu restaurante, aunque no lo sepas. Se obtiene por fermentación de azúcares simples y, al igual que el anterior, ayuda a regular la glucosa y el colesterol.

E621

Glutamato Monosódico

Todavía sigue siendo sospechoso en la cabeza de la gente, pero sin motivo. Hace años que quedó totalmente aceptado por la EFSA y, muy lejos de ser perjudicial o dar dolor de cabeza (desmentido), es el responsable del sabor ‘umami’ y está presente de forma natural en muchos alimentos, desde el tomate hasta el queso. Este es un resumen de sus beneficios.

Inulina

Es un tipo de fibra que se extrae de la raíz de achicoria y está en helados y yogures para darles una textura más suave. Es un prebiótico que nutre a las bacterias intestinales y puede proteger contra la obesidad y la diabetes.

El principal problema de la comida procesada no son los aditivos, sino las enormes cantidades de azúcares y grasas refinadas que contienen y su bajo contenido en nutrientes. Dicho esto, come más verdura y comida sin procesar siempre que sea posible.

¿En qué se basa todo esto?

Preventive and therapeutic potential of ascorbic acid in neurodegenerative diseases. El ácido ascórbico actúa principalmente disminuyendo el estrés oxidativo y reduciendo la formación de agregados de proteínas, lo que puede contribuir a la reducción de las alteraciones cognitivas y/o motoras observadas en los procesos neurodegenerativos.

Irradiated Riboflavin Diminishes the Aggressiveness of Melanoma In Vitro and In Vivo. En conjunto, los datos actuales proporcionan evidencia de que los fotoproductos de riboflavina pueden proporcionar posibles candidatos para mejorar la eficacia del tratamiento del melanoma.

Curcumin: A Review of Its Effects on Human Health. Además, una dosis relativamente baja del complejo puede brindar beneficios de salud a las personas que no tienen enfermedades de salud diagnosticadas. La mayoría de estos beneficios pueden atribuirse a sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios.

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Consejos para reducir el desperdicio de alimentos

  1. Compre solo lo que necesita
  2. Entienda las “fechas de caducidad” frente a las “fechas de uso preferente”
  3. Use lo que tiene
  4. Evite servir demasiado
  5. Conozca sus mohos
  6. Comparta la comida extra con otros
  7. Reutilizar los residuos cuando sea posible

Cada año se desperdician aproximadamente 88 millones de toneladas de alimentos en la UE, pero todos podemos actuar cambiando la forma en la que compramos, cocinamos y planificamos nuestras comidas para evitar el desperdicio de alimentos, dinero y recursos.1

1. Compre solo lo que necesita

¡Solo es una ganga si podemos usar la comida a tiempo! «Compre uno y obtenga uno gratis» y otras ofertas a granel llevan a comprar más de lo que necesitamos, trasladando los desechos de la tienda a nuestra casa. En términos de desperdicio de alimentos, es sabio no comprar más de lo necesario.

Los trucos simples de «abuela» pueden ayudarnos a mantenernos concentrados cuando compramos alimentos.

  • Prepare un plan de comidas para la semana.
  • Use una lista de compras, anotando las cantidades requeridas.
  • Tener en cuenta las posibilidades de comer fuera de casa.

2. Entienda las “fechas de caducidad” frente a las “fechas de uso preferente”

La fecha de caducidad de los alimentos envasados nos indica cuándo es seguro comer el producto. La fecha de caducidad generalmente se encuentra en alimentos perecederos, como carne refrigerada, productos lácteos y comidas preparadas. Para evitar el desperdicio de alimentos, estos deben comprarse cuando sea necesario, y en la cantidad necesaria. Es mejor no abastecerse.

Las fechas de uso preferente” son más flexibles que “las fechas de caducidad”. Después de esta fecha, los alimentos como los frijoles secos, las lentejas y la pasta se pueden consumir de manera segura, aunque su calidad puede haber disminuido (por ejemplo, cambios en el sabor, el color y la textura). Confiar en nuestros sentidos debería ser suficiente para detectar la calidad de los alimentos con estas etiquetas.

3. Use lo que tiene

¡No desperdiciar no es tan complicado!

  • Revise con regularidad lo que haya en la nevera y los armarios y consuma los alimentos que se acercan a su fecha de caducidad.
  • Gire las tiendas de alimentos cuando lleguen los comestibles frescos, de modo que aquellos con fechas de caducidad más cercanas estén más cerca y sean visibles.
  • Combine cualquier verdura que quede en una olla de pasta de «limpieza de la nevera», sopa, tortilla o salteado. Podemos disfrutar de una nueva receta y evitar tirar la buena comida.
  • Congelar los alimentos antes de su fecha. ¡Las frutas congeladas pueden ser un buen complemento para los batidos!

4. Evite servir demasiado

Aquí hay algunas prácticas simples que ayudan:

  • Sirva porciones pequeñas y vuelva a servir, en lugar de raspar el exceso de comida de nuestros platos en la basura.
  • Use las sobras para el almuerzo del día siguiente.
  • Congelar para más tarde. Para obtener resultados más sabrosos, las sobras congeladas se deben usar dentro de tres meses (más información sobre cómo manejarlas de manera segura aquí).2
  • ¿No hay suficientes sobras para una comida completa? Mezcle y combine diferentes comidas, agregue un poco de ensalada o pan, ¡y aparecerá un banquete ante nosotros!

5. Conozca sus mohos

Si el moho aparece, si todavía podemos «rescatar» la comida depende de lo que sea. Las siguientes reglas generales pueden ayudarnos a saber qué hacer.

Los alimentos duros deben ser seguros para consumir una vez que se retira la parte mohosa junto con el área circundante. Esto incluye los quesos duros, las carnes curadas duras (como el salami y el jamón) y las frutas y verduras firmes (como la col, los pimientos, las verduras de raíz).

Los alimentos blandos deben desecharse una vez que comienzan a moldearse. Esto incluye sobras cocidas, quesos blandos, yogures y otros productos lácteos, pan, mermeladas y frutas y verduras blandas (como pepinos, melocotones, tomates, bayas, etc.).3 Esto se debe a que el moho se puede extender en alimentos blandos (y es posible que ni siquiera lo veamos).

6. Comparta la comida extra con otros

Si la comida sigue siendo segura, nuestra naturaleza como seres sociales puede desempeñar un papel en la solución.

  • Pregunte, amigos o colegas podrían hacer uso de lo que no haremos.
  • Compruebe si hay bancos de alimentos que acepten donaciones y distribúyalos a las personas necesitadas.
  • Invite a los vecinos a comer, no solo es una buena manera de hacer nuevos amigos.

7. Reutilizar los residuos cuando sea posible

Trate de reutilizar los restos de comida antes de que lleguen al compostador. Los tallos de brócoli se pueden cortar y cocinar tan bien como los flósculos, ¡y otros restos se pueden transformar en caldo casero!

Para lo que no se puede guardar, el compostaje es un proceso natural donde los microorganismos biodegradan el desperdicio de alimentos, convirtiéndolo en un material oscuro, terroso y rico en nutrientes que promueve un suelo saludable.

  • El compostaje comunitario y los contenedores separados para residuos de alimentos representan un paso en la dirección correcta. Podemos consultar con nuestro gobierno local para ver qué tipo de recolección de residuos de alimentos está disponible.
  • ¡O podemos alimentar nuestro propio jardín! El compost es una alternativa orgánica asequible al fertilizante comprado, pero es mejor atenerse a los alimentos de origen vegetal (ya que la carne y los productos animales pueden provocar olores no deseados y visitantes de plagas).4

Sitios web

  1. Love Food Hate Waste (Reino Unido)
  2. Too Good to Waste (Reino Unido)
  3. Wonky veg boxes (Reino Unido)
  4. FoodWaste (Irlanda)
  5. Stop Food Waste (Irlanda)
  6. Inglorious fruits & vegetables (Francia)
  7. Stop Spild Af Mad (Dinamarca)
  8. Eten Is Om Op Te Eten (Países Bajos)
  9. Slang Inte Maten (Suecia)
  10. Savethefood.com (Estados Unidos)

Apps

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10 consejos para adultos sobre estilos de vida saludables

07 June 2017

  1. Coma variado
  2. Consuma una gran cantidad de alimentos ricos en hidratos de carbono como base de su dieta
  3. Sustituya las grasas saturadas por grasas insaturadas
  4. Tome muchas frutas y hortalizas
  5. Reduzca la ingesta de sal y azúcar
  6. Coma con regularidad y controle el tamaño de las raciones
  7. Beba muchos líquidos
  8. Mantenga un peso corporal saludable
  9. ¡Póngase en marcha, y conviértalo en costumbre!
  10. ¡Empiece ya! Y vaya cambiando poco a poco.

1. Coma variado

Para tener una buena salud necesitamos más de 40 nutrientes diferentes, y ningún alimento los proporciona todos. No se trata de una comida aislada, sino de realizar elecciones de alimentos equilibradas de manera continuada. ¡Así marcará la diferencia!

-Se puede tomar un almuerzo con un contenido de grasas alto si se acompaña de una cena baja en grasas.

– Si cena una ración grande de carne, puede que el pescado sea la mejor opción para el día siguiente.

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2. Consuma una gran cantidad de alimentos ricos en hidratos de carbono como base de su dieta

Aproximadamente la mitad de las calorías de la dieta debería proceder de alimentos ricos en hidratos de carbono, como cereales, arroz, pasta, patatas y pan. Es una buena idea incluir al menos uno de estos productos en cada comida. Los alimentos integrales, por ejemplo en forma de pan, pasta y cereales, aumentarán el consumo de fibra.

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3. Sustituya las grasas saturadas por grasas insaturadas

Las grasas son importantes para disfrutar de una buena salud y de un funcionamiento corporal correcto. Sin embargo, su consumo excesivo puede repercutir negativamente en el peso y la salud cardiovascular. Hay diferentes tipos de grasas, y cada uno de ellos tiene efectos diferentes sobre la salud. Algunos consejos para mantener el equilibrio adecuado son:

– Conviene restringir el consumo de grasas saturadas —a menudo procedentes de alimentos de origen animal—, evitar completamente las grasas trans y limitar la ingesta total de grasas. Consulte las etiquetas para obtener información sobre el origen.

– El consumo de pescado dos o tres veces por semana, con al menos una ración de pescado azul, ayudará a garantizar la ingesta adecuada de grasas insaturadas.

– Al cocinar, es recomendable hervir, cocer al vapor u hornear los alimentos, en lugar de freírlos, además de eliminar la parte grasienta de la carne y utilizar aceites vegetales.

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4. Tome muchas frutas y hortalizas

Las frutas y las hortalizas son algunos de los alimentos más importantes por su aporte suficiente de vitaminas, minerales y fibra. Deberíamos intentar consumir al menos cinco raciones al día. Por ejemplo, un vaso de zumo natural de fruta en el desayuno, quizás una manzana o una rodaja de sandía entre horas, y una buena ración de diferentes hortalizas en cada comida.

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5. Reduzca la ingesta de sal y azúcar

Un consumo alto de sal puede aumentar la presión arterial y el riesgo de cardiopatía coronaria. Se puede reducir la sal de la dieta de varias maneras:

– Al comprar, elegir productos con menor contenido de sodio.

– Al cocinar, sustituir la sal por especias, aumentando así la variedad de aromas y sabores.

– Al comer, evitar poner la sal en la mesa, o al menos no añadir sal hasta haber probado la comida.

El azúcar aporta dulzura y un sabor atractivo, pero las bebidas y los alimentos azucarados son muy calóricos y se recomienda un consumo moderado, como capricho ocasional. En su lugar, podríamos utilizar fruta, incluso para endulzar la comida y la bebida.

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6. Coma con regularidad y controle el tamaño de las raciones

La mejor fórmula para tener una dieta saludable es comer alimentos variados, con regularidad y en las cantidades correctas.

Saltarse las comidas, en especial el desayuno, puede provocar una sensación de hambre incontrolada que a menudo empuja inevitablemente a cometer excesos. Comer entre horas puede ayudar a controlar el hambre, pero estos refrigerios no deberían sustituir las comidas principales. Como tentempié, podemos tomar un yogur, un puñado de frutas frescas o secas o de hortalizas —como palitos de zanahoria—, frutos secos sin sal o quizás algo de pan con queso.

Si prestamos atención al tamaño de las raciones evitaremos consumir demasiadas calorías y podremos comer todos los alimentos que nos gustan, sin necesidad de prescindir de ninguno.

– Al cocinar la cantidad correcta, es más fácil no comer en exceso.

– Algunos tamaños de raciones razonables son 100 g de carne, media pieza de fruta y media taza de pasta cruda.

– Si se utilizan platos más pequeños, será más fácil comer raciones más pequeñas.

– Los alimentos envasados con etiquetas que muestran el número de calorías podrían ayudar a controlar las raciones.

– Al comer fuera de casa, se puede compartir una ración con un amigo.

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7. Beba muchos líquidos

¡Los adultos tienen que beber al menos 1,5 litros de líquido al día! O más, si hace mucho calor o desarrollan mucha actividad física. Está claro que el agua es la mejor fuente de líquido, y puede ser del grifo o mineral, con gas o sin gas, agua corriente o agua con sabor. Los zumos de fruta, el té, las bebidas sin alcohol, la leche y otras bebidas pueden estar bien, de vez en cuando.

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8. Mantenga un peso corporal saludable

El peso adecuado de cada persona depende de factores como el género, la altura, la edad y la genética. El sobrepeso aumenta el riesgo de una gran variedad de enfermedades, como diabetes, cardiopatías y cáncer.

El exceso de grasa corporal es la consecuencia de comer más de lo necesario. Las calorías adicionales pueden proceder de cualquier nutriente calórico, a saber, proteína, grasa, hidrato de carbono o alcohol, pero la grasa es la fuente con mayor concentración de energía. La actividad física nos ayuda a gastar calorías y nos hace sentir bien. El mensaje es razonable y sencillo: ¡si estamos ganando peso, tenemos que comer menos y ser más activos!

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9. ¡Póngase en marcha, y conviértalo en costumbre!

La actividad física es importante para las personas, independientemente de su peso y su estado de salud. Nos ayuda a quemar las calorías sobrantes, es buena para el sistema circulatorio y el corazón, mantiene o aumenta nuestra masa muscular, nos ayuda a centrarnos y mejora nuestro bienestar y salud generales. ¡No hace falta ser un atleta profesional para ponerse en marcha! Se recomienda realizar 150 minutos semanales de actividad física moderada, y puede integrarla fácilmente en su rutina diaria. Todos podríamos:

– utilizar las escaleras en lugar del ascensor,

– dar un paseo en el descanso para comer (y hacer estiramientos en la oficina en horas de trabajo),

– dedicar tiempo a una actividad familiar durante el fin de semana.

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10. ¡Empiece ya! Y vaya cambiando poco a poco.

Es más fácil mantener cambios de estilo de vida graduales que cambios grandes y simultáneos. Si escribimos durante tres días todos los alimentos y las bebidas que tomamos a lo largo de la jornada y anotamos la cantidad de movimiento realizado, no será difícil ver qué podemos mejorar:

– ¿Nos saltamos el desayuno? Un tazón pequeño de muesli, un trozo de pan o una pieza de fruta podrían ayudarnos a incorporarlo poco a poco a nuestra rutina.

– ¿Pocas frutas y hortalizas? Para empezar, podemos introducir una ración adicional al día.

– ¿Preferencia por alimentos ricos en grasas? Si los eliminamos de golpe, podría pasarnos factura y hacernos volver a las viejas costumbres. En su lugar, podemos optar por alternativas con poca grasa, comerlos con menos frecuencia y en menor cantidad.

– ¿Muy poca actividad? Un punto de inicio excelente sería utilizar las escaleras cada día.

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Publicado el 10 jun. 2019

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Creer que comer de todo es saludable, que el desayuno es la comida más importante del día o que añadiendo vitamina D y C a tu alimentación tendrás más salud son algunos de los mitos más extendidos entre la población. En el siguiente vídeo, el dietista-nutricionista Julio Basulto, afirma que la clave de una alimentación equilibrada no está en comer bien, sino en dejar de comer mal: “Los daños a la salud no se compensan tomándote soja germinada; es mejor que recuerdes que, tanto para tus hijos como para ti, la clave es alejar de tu día a día los productos malsanos, que piensas que son excepción pero que, en realidad, son norma”.

Basulto es editor de la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética, también ejerce como docente en diversas instituciones y consultor en varios comités especializados. Además, es colaborador de múltiples medios y autor de numerosas publicaciones científicas y libros como ‘No más dieta’, ‘Mamá come sano’, o ‘Se me hace bola’, entre otros; donde aborda temas como la alimentación vegetariana, la obesidad infantil y la creciente preocupación por comer sano. Julio Basulto desmonta falsas creencias a través de una sólida base científica. Su principal objetivo es que comamos conscientemente. “No se trata de ‘imponer’, sino de incorporar dentro de casa un patrón de dieta sana para que nuestros hijos aprendan con el ejemplo”, concluye.

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5. Nutrición, alimentación y salud

POR UNA ALIMENTACIÓN COMPLETA Y EQUILIBRADA

Objetivos

5. Alimentación y salud

5.1. Alimentación y nutrición

5.2. Los nutrientes

5.2.1. Tipos de nutrientes

5.2.2. La energía de los nutrientes

5.3. Los alimentos

5.4. Dietas

5.5. El consumo de alimentos

5.5.1. Etiquetado

5.5.2. Cómo comprar y cocinar

5.6. Conservación e higiene de los alimentos

5.7. La producción de alimentos

5.7.1. Agricultura intensiva

5.7.2. Ganadería intensiva

5.7.3. Acuicultura

5.7.4. Alimentos transgénicos

5.7.5. Alimentos ecológicos

5.8. Enfermedades relacionadas con la alimentación

Apuntes:

Alimentos y nutrientes.


La alimentación y la nutrición. Nutrientes.
Pirámide alimenticia. La dieta.
Producción de alimentos.
Conservación alimentos 1 y 2. Higiene.
Cadena alimentaria.
Alimentación y medio ambiente.

Las supervitaminas

Presentación: enfermedades relacionadas con la nutrición.

Enfermedades de la nutrición. Presentación: Alcoholismo.   Trastornos alimenticios.
El agua en la dieta.
Alimentación equilibrada.
Desayuno. Merienda. Cena.

Cálculo del  índice de masa corporal

Interpretación del I.M.C.

Recursos tic

Recursos Biosfera

La nutrición humana

UNED: guía de la nutrición y la salud

Presentación Santillana

Recursos I.E.S. Poeta Claudio

Aula interactiva

Educastur

Recursos Anaya

Educarex:  laboratorio virtual,

Vitaminas

Animaciones:

Variación de nuestra energía en el día. Los alimentos y la dieta (voz) (12 MB).
El agua en los seres vivos. Ósmosis. Nutrición y desnutrición. Pirámide alimentaria. Pirámime y menú. Pirámide nutricional. Necesidades energéticas.
Clasificación de los pescados y su valor nutritivo. Desayuno equilibrado.
Alimentación ecológica del bebé. Deshidratación. Humidificadores. La sal y su consumo.
El pan: ingredientes y elaboración. Las grasas. Grasas trans. Obtención del cacao. Chocolate. El pescado fresco. Cocer y freír. Huevos de gallina. Carnes exóticas. La leche. Marcas. Quesos. El yogurt. Los beneficios de la fibra. Conservación de los alimentos.
Conservas caseras y tradicionales. Conservación en frío. Congelación.
Envasado y etiquetado. Etiquetado nutricional. Etiquetado de los alimentos.
Comida de los astronautas. Comer en el espacio. Comida rápida. El colesterol.
La constelación de la obesidad. Obesidad infantil. Reducción de estómago. IMC.
Celiaquía. Intoxicaciones alimentarias. Intoxicación por el anaskis

Actividades interactivas: La aventura de la nutrición, las supervitaminas, con la comida si se juega, memory de vitaminas, hábitos alimentarios saludables, mejoras en los alimentos y en la salud alimentación y salud,

Ambientech: la alimentación humana   Prepara un menú equilibrado

Procomún: la dieta equilibrada

Manipulación y conservación de alimentos

Vídeos (YouTube)
La dieta correcta.

Obesidad.
Tratamiento de la leche.

Cuídate, come sano (Eroski)

juego alimentación equilibrada

Actividades en pdf: actividades, ampliación 1, ampliación 2, ampliación 3, ampliación 4, recuperación,adaptación

Pirámide NAOS (juego).

Trabajo sobre alimentación

Después de ver el vídeo, tendrás claro el trabajo que tendrás que realizar:
-Apunta escrupulosamente lo que comes un día normal y uno festivo (recuerda que el agua no tiene caloría). aquí tienes las plantillas
-Añade al menos una cucharada de aceite por cada alimento que consumas (2 si está frito)
-Realiza el cálculo de calorías.
Para ello cuentas con el programa: cuánto he consumido, que te lo da hecho. Haz una captura de pantalla.
-Posteriormente, haz el cálculo de lo que gastas en un día normal y otro festivo.
Trabajo alimentación.
Recomendaciones: para poder realizar los ejercicios con el ordenador, debes disponer del programa Java. Si no visualizas correctamente los cálculos siguientes, es que no lo tienes instalado. Sólo debes ir a la siguiente página e instalarlo.
Cálculo de metabolismo basal, AE, ADE y gasto energético total.

Cálculo de calorías de tu dieta. Trabajo práctico.
Cálculo del gasto cardíaco

Tablas y calculadoras

Además, deberás realizar un estudio sobre el consumo de alcohol.

Artículo sobre el aceite de palma

Ambientech: ¿Qué voy a comer hoy? Preparar menú saludable

Elaboración de un menú equilibrado

Webquest:

Proyecto: somos lo que comemos

Proyecto Mínimo Viable somosloquecomemosyhacemos_f1

Proyecto reducción de azúcar flipped classroom

Trabajo final ABP(2)

Webquest: Biotrivial de la alimentación

Documentos TV – La alimentación del futuro

Proyecto: La curiosidad es saludable

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El omega 3 no era tan bueno como creíamos

Le presentamos a su hermano el omega 6, hasta ahora denostado

Si echa un vistazo a las estanterías de su supermercado, podrá ver la cantidad de productos enriquecidos con omega 3 que existen en el mercado. Este ácido graso empezó a aparecer en nuestras vidas cuando su consumo se asoció a un efecto protector ante las enfermedades cardiovasculares y se condenó a su compañero, el omega 6. Sin embargo, como la nutrición es una ciencia en constante avance, se sabe que ni los omega 3 eran tan buenos ni los omega 6 tan malos. Y ahora, después de años de campaña a favor del omega 3, toca conocer al otro hermano.

Empecemos por lo primero, hay tres grandes tipos de grasas: las insaturadas, que se dividen a su vez en monoinsaturadas (de origen vegetal, como el aceite de oliva o el aguacate) y poliinsaturadas (del pescado azul y otros aceites como el de girasol); las saturadas, presentes principalmente en carne y lácteos derivados de la leche entera; y las grasas trans que se encuentran en margarinas, bollería industrial y alimentos preparados.

El omega 6 es un ácido graso poliinsaturado —es decir, los átomos de carbono de los que se compone tienen varios enlaces dobles en sus cadenas— con lo que pertenece al grupo de grasas que tradicionalmente ha sido considerado como más saludables, esto es las insaturadas, cuyo consumo es recomendable, especialmente para evitar las saturadas.

«Solo si se sustituyen las grasas saturadas por mono o poliinsaturadas, baja el riesgo cardiovascular», Emili Ros, director de la Unidad de Lípidos del Hospital Clinic de Barcelona

No en vano, Emili Ros, director de la Unidad de Lípidos del Hospital Clinic de Barcelona y jefe de grupo de Obesidad y Nutrición del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBEROBN) del Instituto Carlos III asegura que solo si se sustituyen «las grasas saturadas por mono o poliinsaturadas, baja el riesgo cardiovascular. Su mera eliminación carece de efecto sobre las enfermedades cardiovasculares y la diabetes».

El omega 6 es considerado además un ácido graso esencial lo que significa que «son compuestos que son necesarios pero que nuestro organismo no puede sintetizar, de modo que debemos obtenerlos a través de la dieta«, explica Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y autor del blog de divulgación Gominolas de petróleo.

Este componente se encuentra principalmente en nueces, cereales, aceites vegetales, aguacate o huevos. Y ¿cuál es la función de los omega 6?. Lurueña responde: «A partir de estos ácidos grasos se sintetizan otros de cadena más larga que forman parte de las membranas celulares y se utilizan como precursores de unos compuestos llamados eicosanoides que actúan como hormonas, desempeñando diferentes funciones, como por ejemplo, regulando la presión arterial y los procesos de inflamación, participando en la coagulación, etcétera».

¿Dónde radica la mala fama de los omega 6?

Este descrédito se podría dividir en dos asuntos, aunque ambos están relacionados. Por un lado, se creía los omega 6 influían en los procesos de inflamación provocando un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, entre otras.

En el pasado Congreso Internacional de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento celebrado en Madrid, el doctor Barry Sears, presidente de la Inflammation Research Foundation de EEUU, alertaba precisamente sobre estos ácidos grasos: «El problema es que actualmente se consumen en exceso, lo que provoca inflamación celular, un envejecimiento acelerado y la aparición de diferentes enfermedades crónicas». El consumo recomendado de omega 6 es de unos 12 gramos para mujeres y 17 para los hombres.

El doctor Sears, que ha puesto en marcha una lucrativa dieta basada en una mayor ingesta de omega 3 mientras se reduce el omega 6, insistía durante su ponencia en los aspectos negativos de este ácido graso, algo que matiza Eduard Baladia del Centro de Análisis de la Evidencia Científica de la Academia Española de Nutrición y Dietética (CAEC-AEND). «Ahora se sabe que la disminución de consumo de omega 6 no disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares, y además de conoce que los estudios sobre el beneficio del consumo de omega 3 estaban sobreestimando sus efectos beneficiosos”, asegura Baladia.

 «Ahora se sabe que la disminución de consumo de omega 6 no disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares»,  Eduard Baladia, del Centro de Análisis de la Evidencia Científica de la Academia Española de Nutrición y Dietética (CAEC-AEND)

En el mismo sentido se muestra Lurueña, que afirma tajante que, «a día de hoy, no hay evidencias suficientes para poder afirmar que los ácidos grasos omega 6 sean beneficiosos o perjudiciales en lo que a enfermedades cardiovasculares se refiere, y lo mismo se puede decir en lo que respecta a los suplementos de omega 3«.

Y es que la otra leyenda negra asociada a los omega 6 es su negativa relación con los excelentes omega 3. «Antes se pensaba que los omega 6 y omega 3 de la dieta debían mantener una determinada proporción entre ellos debido a que ambos compiten por la misma enzima [delta6-desaturasa]. En teoría esto supondría que consumir una elevada cantidad de omega 6 reduciría la cantidad de enzima disponible para el metabolismo del omega 3, lo que sería perjudicial. Sin embargo, hoy en día las evidencias muestran que esa relación entre ellos parece no ser importante», explica Lurueña.

Cabe señalar que esto no significa que en un futuro las evidencias cambien ya que, como decíamos al principio, la ciencia avanza lo que puede conllevar que se actualicen algunas recomendaciones nutricionales. Lo que sí es relevante es la recomendación que lanzan cada vez más nutricionistas, que no debemos centrarnos en unos nutrientes concretos sino en los alimentos y en la dieta completa.

«En este caso en concreto, deberíamos preguntarnos por ejemplo si comemos pescado, semillas de lino, frutos secos, etcétera, en lugar de preocuparnos por sumar o restar la cantidad de ácidos grasos que ingerimos o por tomar complementos sin prescripción por parte de un profesional sanitario», reflexiona Lurueña.

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