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“A la gente le hablan de uranio y cree que si abren una mina todo el mundo va a tener un cáncer”

LOLA PEREIRA | GEÓLOGA

La profesora de la Universidad de Salamanca será la primera presidenta del comité de publicaciones de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas en su historia

La semana pasada, la Unión Internacional de Ciencias Geológicas nombró a la española Lola Pereira (Salamanca, 1963) presidenta de su Comité de Pubicaciones. Será la primera mujer en ocupar ese cargo en los 57 años de historia de la institución. Desde su cargo podrá impulsar el conocimiento de la geología a nivel mundial, una labor que considera fundamental, porque la geología “es parte de nuestra vida diaria”. Por ese motivo está preocupada por la falta de nuevos estudiantes en las universidades y en particular en la suya, la de Salamanca. “Cada vez son menos y eso significa que algo estamos haciendo mal, porque los humanos somos curiosos y cada vez que hay un terremoto o se produce la erupción de un volcán tenemos interés por saber qué está pasando”, explica. “Sin embargo, no hay nuevos estudiantes de geología y en España estamos viendo que las principales empresas de minería, por ejemplo, son de Australia y muchos de sus empleados vienen también de fuera”, añade.

En una sala del Museo Geológico Minero de Madrid, entre fósiles de hace 500 millones de años, explica cómo las dificultades para explicar al público lo que hacen los geólogos tiene consecuencias prácticas “En Salamanca hay una empresa australiana con todos los permisos concedidos para explotar una mina de uranio con recursos importantes, pero no puede hacerlo porque tiene un enfrentamiento con parte de la sociedad. “A la gente le hablan de uranio y cree que si abren una mina todo el mundo va a tener un cáncer y se va a morir, cuando el uranio está ahí desde siempre. Lo que hace falta es mejorar la comunicación y explicarles por qué es importante la minería”, asegura.

Pregunta. ¿El caso del almacén de gas del proyecto Castor, que provocó pequeños terremotos en la zona de Castellón, fue un caso que se podría haber evitado con mejor comunicación?

Cuando se tiene información, se descarta uno de los problemas más graves, que es el miedo a no saber

Respuesta. Fue todo. En primer lugar, la gente no sabía. Imagina que estás en una zona estable, que no tiene problemas de movimientos sísmicos, y de repente, sin que sea algo catastrófico, empiezas a notar que tu casa vibra y te empiezas a enterar de que a lo mejor puede ser por unos trabajos que están realizando en el mar. Entonces la gente se pregunta por qué no sabe. Porque, si la gente sabe, aunque tengan la capacidad luego de protestar o debatir, es diferente. Cuando se tiene información, se descarta uno de los problemas más graves, que es el miedo a no saber.

Pero el proyecto Castor tuvo problemas de todo tipo. A mí me parece una barbaridad lo del Castor, como lo del fracking dentro de la península, donde también se han hecho cosas sin informar a la gente. Y con tantísimo dinero público

P. ¿Pero además de no informar, también hay problemas de planificación?

R. Está claro que tiene ciertos riesgos, porque en el momento que tocas un sustrato y mucho más dentro del mar, que no se conoce tanto, igual el terreno no va a responder como tú piensas que va a hacerlo. Si no has dado la información, no hay buenos estudios y no has seguido los consejos de los profesionales, se te va a caer el proyecto por todos los sitios. A los de ACS les da igual, porque como les van a devolver el dinero, pero para los demás es un problema.

P. ¿Hay nuevos recursos minerales que estén despertando interés?

A mí me parece una barbaridad lo del Castor, como lo del fracking dentro de la península, donde se han hecho cosas sin informar a la gente

R. Hay muchos recursos que se estaban trayendo de otros países y ahora estamos viendo que también los podemos encontrar aquí. La ventaja de hacerlo aquí es que además de riqueza para Europa, evitamos los problemas que se están provocando en África, donde hay guerras para extraer los recursos. Ahora la gente que hace ciencias de la tierra está viendo que contamos con materiales geológicos de donde podríamos extraer todo eso con una calidad medioambiental y de respeto a los trabajadores mucho mejor

P. ¿Qué tipo de minerales serían?

R. Lo que más le sonará a la gente son los diamantes o las esmeraldas como piedras preciosas y como materiales que se utilizan en las nuevas tecnologías. Pero también está el coltán, que se explota en África y produce guerras. Hay que hacer unos estudios específicos, ver dónde se acumulan estos elementos, ver si tenemos las tecnologías desarrolladas para una extracción compatible con el medio ambiente… La tendencia es a intentar generar riqueza en los lugares donde se produce la extracción.

P. Por lo que sucede con minerales como estos, la minería tiene una imagen bastante mejorable.

R. En España ha habido muy mala imagen porque no se han sabido explicar las cosas desde el principio. Cuando se estudiaban las posibilidades de que se abriese una mina o algún tipo de extracción de recursos, se mantenía oculto. No se daba información a los vecinos y se despertaban suspicacias. Después se abría una mina de uranio y los vecinos pensaban que si les habían ocultado la información era porque había algo malo. Lo fundamental sería ofrecer la información desde el principio para implicar a la población local desde el principio. Ahora, Europa no te concede ningún proyecto si no pones un apartado amplio diciendo cuáles son los beneficios sociales de un proyecto y cómo se va a comunicar.

P. También es vicepresidenta de AMIT (la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas). ¿Cómo está la presencia de mujeres en geología?

R. Está mejorando, cada vez hay más mujeres. Yo en Salamanca doy clase en geología y en ingeniería geológica. Y en ingeniería hay poquísimas mujeres. Los roles son fundamentales para cambiar la situación, que las niñas vean que hay mujeres ingenieras, que están en puestos elevados, que tienen representantes y eso es lo que estamos trabajando.

En este sentido, hay algo importante que son las cuotas. La cuota quiere decir que ponemos a tres hombres y tres mujeres y vemos los curriculum, y ponemos a un hombre y una mujer con la misma preparación. Eso es la cuota, que no quiere decir que te apoyen sin méritos. Eso sería enchufismo.

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Mariano Barbacid:«Si los científicos nos echáramos a la calle no pararíamos ni el tráfico»

Cuando regresó a España tras una brillante carrera en Estados Unidos le dieron «casi todo» lo que pidió. Ahora a este investigador del cáncer le duele la situación de la ciencia española. «La clase política ha abandonado la I+D», dice

Desde que dejó en 2011 la dirección del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Mariano Barbacid se deja ver lo justo. Pero en la calle su nombre aún suena como el científico de élite que es. Probablemente sea el investigador más popular en un país donde la ciencia rara vez sale del anonimato. Barbacid se convirtió en una estrella en Estados Unidos al descubrir en 1982 el primer oncogén humano, un gen mutado que provoca cáncer. Su regreso a España marcó una nueva época, la del interés político por la investigación. Se recuperaban «cerebros» huidos como el suyo, se construían grandes centros de investigación y la inversión en I+D+i crecía. «Ahora la ciencia española está moribunda», se duele. Barbacid habla con ABC en un descanso del curso sobre Genómica y Cáncer que la Clínica de la Universidad de Navarra ha organizado en Madrid. La excusa es charlar sobre los últimos avances oncológicos, de cómo los medicamentos más novedosos permiten administrar un tratamiento personalizado. Pero a sus 68 años Barbacid aún es ese enfant terrible que no se calla ni se resigna, salvo cuando se le pregunta por la situación en el CNIO: «Prefiero no hablar».

¿Cómo está cambiando la genómica la forma de tratar el cáncer?

El órgano donde se origina el cáncer ya no es el tema central de la Oncología. Para escoger el mejor tratamiento y entender los tumores debemos conocer su DNI molecular, las mutaciones genéticas presentes en el tumor. En estos momentos conocemos los errores que conducen a la formación de un tumor aunque no cómo pararlos. Como el cáncer son más de cien enfermedades diferentes, el progreso no llega de la misma manera para todos los cánceres. Habrá hallazgos que mejoren la supervivencia e incluso podremos curar algunos tumores, pero en otros casos será imposible. Lo estamos viendo con la inmunoterapia. Es una herramienta fantástica pero no funciona para todos los tipos de cáncer.

¿Estamos siendo demasiados triunfalistas con la inmunoterapia?

Tengo amigos oncólogos que me cuentan la satisfacción de ver cómo responden a la inmunoterapia enfermos que iban a morir. Luego están las cifras: solo un 20 por ciento de los pacientes de cáncer de pulmón sobreviven a largo plazo. Hay un 80 que, o no puede recibir el tratamiento, o cuando lo recibe no responde. Uno de los grandes problemas de la inmunoterapia es que no se sabe quién va a responder. Esto crea un gasto inútil. El problema es que cuando se anuncia una nueva terapia contra el cáncer, muchos pacientes están convencidos de que resultará útil para todos. Pero el cáncer son muchas enfermedades diferentes. Nadie confunde el ébola con una gripe, pese a estar causados por dos virus.

En ese campo estamos casi como en la Edad Media cuando todas las infecciones parecían lo mismo.

Sí, es un buen símil. En aquella época todo era la peste y podía ser una gripe, el cólera o un sarampión. El cáncer es casi tan variado o más que las enfermedades infecciosas.

Al paciente al que se le ofrece un fármaco para una mutación concreta, ¿está de enhorabuena?

Claro, por supuesto, porque la alternativa serían los citotóxicos de toda la vida.

¿Esa quimioterapia clásica tiene los días contados?

Ojalá tenga los días contados porque irán saliendo nuevos tratamientos, pero desgraciadamente yo no veo la quimioterapia desapareciendo en los próximos años.

«No veo a la industria farmacéutica como la mala de la película. Sin ella, no habría investigación»

La medicina personalizada, está dando sus primeros pasos pero falta una estrategia nacional

El problema es que es muy cara. El tratamiento de inmunoterapia está alrededor de 60.000 euros. Si el paciente no responde, la Sanidad pública habrá tirado ese dinero a la basura, pero si funciona serán 60.000, más 60.000, más 60.000. Si pensamos en la cantidad de pacientes con cáncer de pulmón que hay en España no hay que ser economista para imaginar el coste que puede tener para las arcas públicas.

El precio de los medicamentos contra el cáncer se ha duplicado en los últimos diez años. ¿Debería alcanzarse un pacto con la industria para que los tratamientos sean asumibles?

Yo, en esto, voy a contracorriente y defiendo a la industria. Nadie le pide a El Corte Inglés que abarate las camisas. Es un tema de mercado, tenemos que entender que la industria farmacéutica financia la investigación y ésta tiene un coste altísimo. Evidentemente, los gobiernos deben negociar con la industria, pero no se debe pensar en la industria como los malos de la película. Si mañana desaparecieran los medicamentos que ha desarrollado la industria, las farmacias se quedarían vacías. Cuando yo trabajaba en Bristol Myers en Estados Unidos, este laboratorio dedicaba a investigación más presupuesto que todo el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en España.

«La investigación en España está moribunda a pesar de que nos quieran engañar con lo contrario»

¿El presupuesto del CSIC de hace 20 años o el de ahora?

El de entonces. Si hiciéramos el cálculo ahora, la diferencia sería mayor porque en España ya no hay financiación publica para investigar. La investigación en España está moribunda a pesar de que nos quieran engañar con lo contrario.

¿Se disfruta más de la investigación cuando no se tienen responsabilidades directivas?

En mi caso no, desde luego. Para mí el haber montado el CNIO fue muy satisfactorio, marcó mi carrera. Entonces tuve la suerte de compaginar las dos cosas.

«El CNIO está en manos políticas y estamos pagando las consecuencias»

¿Hoy hubiera montado el CNIO de otra manera?

Solo hubiera cambiado una cosa, que no estuviera en manos de políticos, sino de la sociedad civil. Lo intenté, se lo pedí a Ana Pastor -entonces ministra de Sanidad-, pero no pudo ser. Me dieron prácticamente todo lo que pedí menos eso. Y ahora estamos pagando las consecuencias. El presidente del patronato siempre es un cargo político y no hay realmente un órgano de dirección colegial, como ocurre en los centros de investigación en Estados Unidos.

¿A qué consecuencias se refiere?

Prefiero no entrar en ello públicamente.

¿Cómo está siendo esta época como investigador?

Terrible. No a nivel personal porque hemos logrado financiación europea y mi grupo está relativamente bien financiado, pero el país está en un momento desastroso. Me parece una irresponsabilidad que la clase política esté abandonando el I+D en España. Estamos convirtiendo España en un país de servicios.

No le habrá sorprendido que en el último informe Cotec se advierta que la inversión en I+D fue la más baja de la última década. O que uno de cada dos euros destinados a investigación no se ejecuten.

Esto para un país es una irresponsabilidad. No solo del Gobierno sino de todo el Parlamento. Los señores de Ciudadanos y PNV han exigido el aumento de las pensiones, pero nadie ha abierto la boca para pedir un aumento de la I+D con el agravante de que aumentar la inversión a los niveles de 2008 no representa un grandísimo gasto. No hablamos de romper la hucha

Cáritas ha pedido que se suavice el triunfalismo cuando se habla de recuperación de la crisis. ¿Esto también se puede aplicar al mundo científico?

El país va hacia atrás. No es que no avancemos, es que estamos retrocediendo gravemente. Yo regresé a España en el año 98, era un momento en el que parecía que España se iba a comer el mundo. Ahora veo una España de servicios, basada en el turismo. No veo una España tecnológica e industrializada.

El mismo partido que le recuperó es el que ahora está gobernando. ¿Qué ha cambiado en este tiempo?

La ciencia no debe estar ligada a ningún partido. Por eso, no echo las culpas en exclusiva al Gobierno sino a toda la clase política.

Hoy, ¿volvería a España?

Nooo, ni se me ocurriría. El máximo de ayuda del gobierno en proyectos de investigación está en en menos de 400.000 para cuatro años. Y lo han dividido de tal manera que este año a la directora del CNIO le han dado 35.000 euros. Eso es un insulto, es como darle un euro a un pobre y decirle que se vaya a comer. Estamos en un momento de auténtica desesperación. La gente joven se va y los mayores abandonan la investigación.

Los pensionistas se han echado a la calle, a lo mejor uno de los problemas es que los científicos no hacen ruido con sus demandas

Mire, creo que si los científicos nos echáramos a la calle no conseguiríamos ni parar el tráfico (risas). Somos muy poco corporativistas, cada uno va a un «sálvese quien pueda». Yo estoy incluso ofendido, que el ministro de Economía diga que la Ciencia está en un momento vibrante, no sabemos si se está riendo de nosotros o es un perfecto ignorante.

El Ministerio de Ciencia no existe, ¿eso importa o es solo una cuestión estética?

No, no lo es. Su existencia es fundamental. En las reuniones del Consejo de Ministros no está la Ciencia. ¿Nos podríamos imaginar que no estuviera Sanidad o Defensa?. Sin Ciencia y Tecnología, seremos solo un país de servicios, vulnerables a los cambios económicos.

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¿Por qué existen los distintos grupos sanguíneos?

Podría parecer que la sangre no es más que sangre, pero, a pesar de que todas las muestras contienen glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y plasma, varían los tipos de marcadores que están en la superficie de los glóbulos rojos. Estos marcadores son conocidos como “antígenos”.

Estas diferencias en los tipos de sangre fueron descubiertas en 1818, cuando el obstetra James Blundell transfundió a una mujer embarazada, que tenía hemorragia, sangre de su marido. Posteriormente, continuó haciendo transfusiones, de las cuales sólo la mitad tuvo éxito. La razón de los fracasos fue la incompatibilidad de grupos sanguíneos.

Los antígenos son básicamente proteínas y carbohidratos que sobresalen de la superficie de los glóbulos rojos. A pesar de que éstos son microscópicos, pueden influir considerablemente en que la sangre sea aceptada o rechazada al recibir una transfusión.

Hay 4 grupos sanguíneos principales: A, B, AB y 0. La sangre del tipo A tiene  Antígeno A; la sangre del tipo B tiene el Antígeno B; la sangre del tipo AB tiene antígenos A y B; y la sangre del tipo 0 no tiene antígenos.

  • El grupo A tiene el antígeno A en los glóbulos rojos y el anticuerpo B en el plasma. Puede donar a grupos A y AB, y puede recibir de A y 0.
  • El grupo B tiene el antígeno B en los glóbulos rojos y un anticuerpo en el plasma. Puede donar a grupos B y AB, y puede recibir de B y 0.
  • El grupo AB tiene antígenos A y B en los glóbulos rojos, pero no tiene anticuerpo A ni B en el plasma. Puede donar a grupos AB y recibir de grupos A, B y 0. Por eso se lo llama “receptor universal”.
  • El grupo 0 no tiene antígenos A ni B en los glóbulos rojos, pero tiene en el plasma los anticuerpos A y B. Puede donar a todos los grupos, por eso se lo llama “donante universal”. Únicamente puede recibir de grupos 0.

Además, existe un marcador adicional, denominado “factor Rh”. Este factor clasifica a la sangre como “Rh positivo” (que tiene el factor Rh) y “Rh negativo” (que no tiene el factor).

Al final, los tipos de sangre resultan ser 8: A+, A-, B+, B-, AB+, AB-, 0+ y 0-.

La clave es que el cuerpo está acostumbrado a tus glóbulos rojos con o sin proteínas en la superficie. Por eso, si una persona recibe su mismo tipo de sangre no hay problema: el cuerpo la reconoce. Pero si eres de un tipo de sangre y recibes otro, tu cuerpo lo desconoce, lo toma como agente extraño, y ahí es cuando el sistema inmunológico se pone en marcha: los glóbulos blancos comienzan a atacar a los glóbulos rojos desconocidos.

La transfusión de sangre es uno de los procedimientos que se realizan más frecuentemente en los hospitales para salvar vidas. Por lo tanto, siempre se necesitan donantes de sangre. Pero es importante conocer el grupo sanguíneo de la persona y su compatibilidad, para evitar que su sistema inmune reaccione para destruir los agentes desconocidos.

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Así es como el alcohol destruye el cerebro de un adolescente

  • Su consumo perjudica las áreas del cerebro involucradas en el aprendizaje, la memoria y las funciones cognitivas

Los adolescentes se inician en el consumo de alcohol a los 13,8 años, antes de probar su primer cigarrillo, precisa el último estudio de la Estrategia Nacional sobre Drogas. Si bien el consumo excesivo de cerveza, vino y destilados es perjudicial para la salud, en el caso de los adolescentes es peor porque tiene efectos más considerables en el cerebro, órgano que se encuentra en pleno proceso de desarrollo y que lo seguirá estando hasta los 20 años.

En la adolescencia el cerebro se encuentra en una fase de “poda neuronal”, que implica que las neuronas que no se consolidan se eliminan. O sea, el cerebro ‘elige’ aquellas que son más eficaces para transmitir información.

Para ello las neuronas atraviesan un proceso conocido como mielenización, que es una sustancia que recubre los axones (prolongaciones por las que circulan los impulsos nerviosos).

El alcohol no mata las neuronas, como dice el tópico, pero sí que perjudica el desarrollo de estas sinapsis, las conexiones que se encargan de reforzar funciones como la memoria y el razonamiento lógico.

Impacto en el comportamiento y la memoria

Los estudios realizados con ratas en laboratorio permiten inferir qué otros efectos tiene el consumo desmedido del alcohol en los cerebros de los adolescentes. En los ejemplares juveniles se descubrieron daños considerables en el córtex prefrontal.

Los procesos neomadurativos en esta zona se extienden hasta los 30 años, y el impacto del alcohol tiene “importantes repercusiones en funciones cognitivas”, como la planificación, la toma de decisiones, el control del comportamiento, la memoria de trabajo y los procesos de atención, detalle Fernando Cadaveira Mahiá, catedrático de Psicobiología en el Departamento de Psicología Clínica y Psicobiología de la Universidad de Santiago de Compostela. Según precisa este experto, el abuso de alcohol se asocia con que el córtex prefrontal tenga un menor volumen, una consecuencia que llegará a la adultez.

El delicado hipocampo

Otra zona vulnerable es el hipocampo, una estructura que ayuda a la formación de la memoria, y en donde las células de las ratas analizadas aparecen con un desarrollo atrofiado, incapaz de funcionar al 100%.

En realidad el alcohol, y sobre todo entre los adolescentes, “afecta a todo el cerebro, porque las vías que lo conectan sufren por estar dañas por un proceso de desmineralización, y comunican peor”, detalla Cadaveira.

La alegría por el alcohol tiene consecuencias

El alcohol produce desinhibición, y muchos adolescentes beben porque en plena etapa de socialización pueden aparcar sus temores e integrarse más fácilmente con sus pares. Pero otra de las consecuencias es que esta supuesta liberalización significa una hiperactividad para el cerebro, “donde hay mucho gasto de energía y poco rendimiento”. En los estudios con ratas, se midió la estimulación del hipocampo, y se comprobó que una excesiva carga de ellos satura al cerebro, por lo que el aprendizaje se ralentiza.

Todo es cuestión de equilibrio: para poder recibir información, procesarla y guardarla como aprendizaje, tiene que haber un balance entre estímulos e inhibiciones: la descompensación hacia una de estas acciones altera el proceso.

La puerta a otras adicciones

“Con el alcohol se modifica la estructura que define el sistema de premios y castigos, lo que atrae y lo que se rechaza”, detalla el catedrático. Por ello el cerebro necesita más estímulos y es la puerta de entrada a otras adicciones, como el cannabis y las drogas más duras, “que multiplican los efectos negativos del alcohol”.

La sensibilidad que tiene el hipocampo en su proceso de desarrollo lleva a que el consumo de bebidas en exceso perjudique la formación de memoria. Los adolescentes que acumulaban al menos 100 episodios de consumo intenso y en un breve período de tiempo, obtuvieron peores rendimientos en tests de aprendizaje, memoria y funcionamiento visuoespacial.

Según Cadaveira, otras pruebas revelan que las personas que tuvieron una adolescencia marcada por excesos acarrean un bajo desempeño académico incluso cuatro años después de haber dejado de beber con intensidad.

Consecuencias sociales

Además de las consecuencias con el aprendizaje, la memoria y los procesos cognitivos, también hay consecuencias sociales. Una persona que se inicia a edades tan tempranas en el alcohol y que deriva en problemas cognitivos pierde oportunidades de desarrollo profesional, social y afectivo.

“La recomendación es clara: los adolescentes no deberían consumir hasta la mayoría de edad. No es un tema de moralina o de carnet, es porque están en pleno desarrollo y en esas edades es cuando son más vulnerables”, precisa. Si se trata de establecer un límite de edad Cadaveira sugiere que hasta los 21 años se demore el consumo de las bebidas más fuertes, como el whisky, el ron o el vodka que se suelen combinar con refrescos.

El alcohol es como una lotería macabra para el cerebro: la vulnerabilidad de las personas es distinta, pero con un consumo excesivo se tienen todos los boletos para que haya consecuencias futuras”, agrega.

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Marian Diamond: la científica que descubrió la plasticidad cerebral

A veces es posible conseguir la fama, pero pocas veces llega gracias a lo que uno espera. La historia está llena de artistas cuyas obras más conocidas no son, sin embargo, sus trabajos objetivamente más relevantes.

Los científicos también están a la merced de los caprichos de la fama.

En 1985 Marian Diamond publicó un estudio sobre el cerebro de Albert Einstein. En el trabajo había analizado varias muestras del cerebro del físico alemán y las comparó con muestras similares sacadas de cerebros control. El resultado fue que en el cerebro de Albert Einstein la cantidad de células gliales, un tipo de células que junto con las neuronas forma el sistema nervioso humano, era superior a lo normal en algunas de las áreas estudiadas. Como consecuencia de esta publicación Marian Diamond saltó a la fama, y la figura de Albert Einstein invisibilizó frente a las cámaras los grandes trabajos que Marian ya había realizado por aquel entonces.

Figura donde se representando el cerebro de Albert Einstein y están marcadas las áreas de las que se tomaron muestras. Diamond et al., 1985

En 1964 se publicó la primera evidencia sólida de que el cerebro adulto cambia anatómicamente con la experiencia. Actualmente, que el cerebro es un órgano plástico con una cierta capacidad de reorganización y adaptación a los estímulos es un hecho reconocido por toda la comunidad neurocientífica pero en los años sesenta no se creía así. De hecho, los trabajos que preceden a esta publicación se centran en estudiar si la experiencia produce cambios en la bioquímica del cerebro, no en su estructura. Incluir la anatomía fue algo innovador en el trabajo “Chemical and Anatomical Plasticity of Brain”, que tenía cuatro autores: tres hombres y una mujer, Marian C. Diamond.

En este experimento se criaron ratas en tres situaciones:

-Condición control, donde los animales vivían en situaciones de crianza corrientes.

-Condición social, donde los animales vivían con más compañeros de lo normal para aumentar sus estímulos sociales, tenían juguetes y se les motivaba a realizar varias actividades.

-Condición de aislamiento, donde entre otras limitaciones los animales vivían solos, sin juguetes, etc.

La idea era ver si vivir en un entorno con muchos estímulos o en uno de aislamiento generaba diferencias significativas en los cerebros de las ratas. Y así fue; siendo el resultado más importante del estudio las diferencias anatómicas que encontraron entre los cerebros de las ratas en condición social y de aislamiento. Este artículo supuso un cambio de paradigma hacia la idea de un cerebro cambiante, adaptativo, plástico.

Además de su carrera en el laboratorio, Marian compaginó la investigación con la docencia: fue profesora emérita de la unidad de Biología Integrativa de la Universidad de Berkeley, y afortunadamente algunas de sus clases de anotomía todavía se conservan gracias a que están disponibles en YouTube:

En la primera jornada, que a día de hoy supera el millón de visitas, mientras habla Marian tiene a su lado una mesa sobre la cual hay una sombrerera de flores azules. Cuentan que era frecuente verla por el campus universitario de un lado a otro con esa sombrerera… y en un determinado momento se acerca a la mesa, se coloca unos guantes de látex, abre la caja y extrae de ella un cerebro conservado en formaldehido: “Quiero que apreciéis lo que lleváis en vuestras cabezas porque esta masa solamente pesa unas tres libras y sin embargo tiene la capacidad de concebir el universo a mil millones de años luz… ¿no es fantástico?” les dice a sus alumnos mientras sostiene el cerebro.

Desgraciadamente, esta gran mujer falleció el 25 de julio de 2017 a los 90 años. Llevaba solamente tres años retirada de la docencia y la investigación. Pero al menos tenemos la suerte de poder disfrutar de su trabajo de investigación, sus clases y su ejemplo, que está recogido en el documental “My love affair with the brain: The life and science of Dr. Marian Diamond”.

Este post ha sido realizado por Pablo Barrecheguren (@pjbarrecheguren) y es una colaboración de Naukas con la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.

Referencias:

Leer en culturacientifica

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Descubren el “eslabón perdido” en el origen de la vida en la Tierra

Existe una gran cantidad de hipótesis acerca del origen de la vida en la Tierra, es decir, de la transformación de la naturaleza inerte en la habitada. Un nuevo estudio de los químicos del Centro de investigación Scripps (TSRI, por sus siglas en inglés) en EEUU busca averiguar qué reacciones químicas condujeron al surgimiento de la vida.

La ciencia moderna sostiene que un papel importante en el ‘mecanismo de la vida’ lo juega la fosforilación, una reacción química específica que permite combinar tres ingredientes que participaron en la formación de las primeras formas de vida.

Se trata de los nucleótidos cortos para el almacenamiento de información genética; los fragmentos cortos de aminoácidos para realizar la mayor parte del programa celular básico; y finalmente, los lípidos forman las paredes de las estructuras intracelulares. Sin embargo, no se sabía qué agente podría haber producido estas tres clases de moléculas juntas.

Los científicos del TSRI, a su vez, consiguieron obtener una sustancia que sirvió de base para que aparecieran estos tres primeros componentes de origen de la vida en la Tierra.

Se trata del diamidofosfato (DAP), que, según los químicos, estuvo presente en la Tierra en el período en el que se originó la vida.

Ramanarayanan Krishnamurthy, uno de los autores del estudio publicado en Nature Chemistry, señala que la fosforilación podría haber provocado la aparición de los componentes requeridos —es decir, oligonucleótidos, oligopéptidos y estructuras celulares básicas—, todos en el mismo lugar.

Este descubrimiento permite suponer que existían otros procesos químicos viables, antes considerados imposibles en las condiciones de un planeta joven.

El estudio brinda a los científicos una nueva oportunidad para aprender algo nuevo acerca de la transformación de un ‘caos químico’ en biología celular y bioquímica. Existen otras reacciones que también se consideran capaces de realizar la fosforilación de estas moléculas, pero, en primer lugar, requieren diferentes agentes y, en segundo lugar, unos entornos poco probables para diferentes tipos de sustancias.

Krishnamurthy afirma que es difícil imaginar cómo los procesos tan diversos podrían haberse unido en el mismo lugar para producir las primitivas formas de vida.

No obstante, el nuevo descubrimiento no refuta otras hipótesis, incluso las más absurdas: aún no está claro si la vida se formó bajo la influencia de algunos factores externos, ya sea la caída de un meteorito o el trabajo de los extraterrestres. El DAP permite estudiar la bioquímica celular más básica. Los científicos han demostrado cómo la fosforilación de azúcares simples conduce a la formación de carbohidratos, primeros ‘ladrillos’ a partir de los cuales se construyó la vida.

Fuente: Nature Chemistry

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Traductor de adolescentes: cuando dicen «paso» quieren decir «ayúdame a interesarme»

  • Aunque no lo parezca, los adolescentes son terriblemente vulnerables, aunque los adultos suelen ver solo la superficie: malas contestaciones, aislamiento, impulsividad, desinterés y actitudes desafiantes
  • La psicóloga Alejandra García Pueyo recomienda «establecer un clima de confianza, donde, si a él le ocurre algo, por ejemplo, ha bebido y necesita nuestra ayuda, tenga la tranquilidad de poder acudir a nosotros»
  • Frente a sus comentarios, «debemos tomar distancia y ser conscientes de que surgen desde la inmadurez», dicen las autoras del libro Trece razones para hablar con tu hijo adolescente

Los adolescentes, aunque no lo parezcan, son terriblemente vulnerables: tienen que lidiar con cambios físicos, emocionales, sociales y familiares y hacerlo todo contando con un sistema nervioso aún inmaduro. Es como si cada día se tuvieran que mirar al espejo y preguntarse: ¿quién soy hoy? Lo que los adultos ven, sin embargo, es la superficie: malas contestaciones, aislamiento, impulsividad, desinterés y actitudes desafiantes. Y cada vez que se les responde a todo eso desde el enfado, las amenazas, fiscalizando sus vidas o con un «haz lo que quieras», lo que ellos entienden es: esto no es un territorio seguro, mejor me alejo.

La psicóloga Araitz Petrizán y la psiquiatra Maite Nascimento, autoras de Trece razones para hablar con tu hijo adolescente (Ediciones B), sugieren que «es necesario aceptar la inestabilidad como algo propio de la adolescencia: el choque va a ocurrir de forma inevitable y no podemos evitar el conflicto, pero sí encauzarlo y dirigirlo».

«No me esperéis a cenar»

Inmunes e inmortales. Estas son las creencias sobre sí mismos que tiene casi cualquier chaval que se encuentre en esta edad. Y con esta idea se visten, dicen que se van a pasar la tarde con amigos y aseguran que llegarán a casa antes de las doce. Cualquier adulto sabe bien la cantidad de riesgos a los que se expone una persona joven; y según apuntan neurocientíficos como Daniel Siegel, no les importará ponerse en peligro si la recompensa (social principalmente) merece la pena.

Petrizan y Nascimento añaden que «un adolescente tiene que ir contra todo el sistema que le ha acompañado durante sus primeros años de vida para poder identificarse y encontrarse a sí mismo. Desconocen cuáles son sus límites y los exploran sin tener demasiado en cuenta las consecuencias.

Con este panorama, lo que se encuentran en casa los chavales, como es lógico, son un montón de advertencias y prohibiciones. Pero si pudiésemos leer sus mentes, detrás del «no me esperes» seguramente encontraríamos algo parecido a «necesito sentirme libre, pero también saber que estáis ahí por si os necesito».

A la hora de establecer normas, parece que la clave está en llegar a acuerdos con flexibilidad. Así lo cree Alejandra García Pueyo, psicóloga especialista en infancia y adolescencia, que afirma que «las prohibiciones no funcionan bien a esta edad», subrayando la importancia de «establecer un clima de confianza, donde, si le ocurre algo, por ejemplo ha bebido y necesita nuestra ayuda, tenga la tranquilidad de poder acudir a nosotros». En este sentido, añade que «es importante tener en cuenta sus necesidades y establecer la hora de llegada con él. Pero que sepa que estamos disponibles en caso de aprietos es esencial».

«Que te pires»

El problema está en que, cuando uno tiene ya aprendidas las coletillas, no es tan fácil evitarlas y mucho menos en situaciones de tensión («Sal ya de mi cuarto»). A menos que uno sea consciente de que lo que significa esta frase es algo parecido a: «por favor, dame un poco de espacio, necesito estar a solas un rato», lo que el adulto siente en esta situación es un gran desafío y lo que habitualmente hará es responder con indignación e imposición de poder («¿Cómo? Tú a mi no me vuelves a hablar así»).

Sin embargo, «si frente a estos comentarios nos desbordamos, gritamos e insultamos –apuntan Petrizán y Nascimento– perdemos la autoridad y contribuimos a incrementar la tensión, haciendo que la discusión y el conflicto vayan en aumento. No obstante, si presentamos autocontrol emocional y respondemos serenos, seguros y firmes, les ayudaremos a regular sus impulsos y les daremos la oportunidad de aprender cómo responder en situaciones de malestar emocional. Debemos tomar distancia y no interpretar literalmente las expresiones, pues hemos de ser conscientes de que surgen desde la inmadurez».

Lo recomendable, añade García Pueyo, es «no responder a esas frases en el momento, sino esperar a estar todos tranquilos y entonces hablar de ello explicando cómo nos sentimos; incluso abordar lo ocurrido desde el humor, que siempre acerca».

«Paso»

Si en algún momento hemos pensado que los adolescentes son vagos y están desmotivados, observemos más atentamente. Por lo general descubriremos que hay muchas cosas que les motivan (videojuegos, chatear hasta altas horas de la noche, dormitar, salir por ahí con sus amigos, planear un viaje en grupo…). ¿Y entonces? García Pueyo asegura que «lo que echamos en falta, en realidad, es que sus prioridades sean iguales que las nuestras (ordenar su cuarto, ducharse, llamar por teléfono si se retrasa, cenar en familia…), cosa que no siempre va a suceder».

Frente a su pasotismo, la reacción adulta suele ser, aparte de las críticas, la desesperanza («No hay nada que hacer con este chico»). Sin embargo, cuando un chaval pone los ojos en blanco ante la idea de ir a una comida familiar, lo que posiblemente está diciendo es: «Necesito que toques las teclas adecuadas, ayúdame a interesarme». Una idea para conseguirlo, dice la especialista, es «involucrarnos nosotros en sus intereses para recuperar la conexión y la cercanía, en vez de exigir que hagan ellos el esfuerzo en primer término».

En cualquier caso, concluyen Petrizán y Nascimento, «habitualmente esta desmotivación es solo transitoria y una reacción normal al proceso de adaptación ante los cambios que están atravesando. La motivación se nutre del bienestar de enfrentarse a retos y superarlos. Por lo tanto, tratemos de asegurarle un escenario donde encuentre retos a su medida».

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Nueve cosas que quizá no sabías de las abejas… y cinco que puedes hacer para protegerlas

DÍA MUNDIAL DE LAS ABEJAS

Las poblaciones de estos polinizadores, claves para la agricultura, están en declive en lugares como la UE

Para cultivar muchas de las frutas que comemos hace falta suelo y agua, y nutrientes… Pero, además, es necesaria la acción de los polinizadores. Tres de cada cuatro especies de las que usamos para alimentarnos dependen, al menos en parte, de que insectos o animales trasladen el polen para la fertilización. Y las abejas son las reinas.

En las últimas décadas, sin embargo, hemos cambiado nuestra forma de cultivar la tierra y producir alimentos. Desde mediados del siglo pasado utilizamos muchos más pesticidas (y fertilizantes) químicos, las explotaciones son más grandes y nos centramos en un número más pequeño de especies, afectando así a la biodiversidad. Todos estos cambios, junto a la aparición de parásitos o avispas invasoras, están perjudicando a las abejas, que son un elemento esencial de nuestros ecosistemas.

El 20 de mayo ha sido designado por Naciones Unidas como Día Mundial de las Abejas. En esta jornada, que celebra y recuerda su importancia y que ha sido impulsada por el Gobierno de Eslovenia, aquí van nueve datos sobre estos insectos y su labor polinizadora:

  1. Las abejas polinizan 170.000 especies diferentes de plantas.
  2. Al menos un tercio de cada cucharada que te llevas a la boca depende de la polinización.
  3. Una abeja melífera produce una doceava parte de cucharada de miel en toda su vida.
  4. Para producir un kilo de miel, una abeja debería visitar cuatro millones de flores y recorrer una distancia equivalente a dar la vuelta al mundo cuatro veces.
  5. Una colonia de abejas es comparable con una ciudad pequeña en cuanto al número de individuos. Aloja entre 30.000 y 60.000 obreras, de 300 a 1.000 zánganos y una reina.
  6. No hibernan, sino que siguen activas durante todo el invierno. Sin embargo, en esta época se juntan para calentarse unas a otras.
  7. Las melíferas son la única especie de abeja que muere tras lanzar una picadura.
  8. Las abejas son constructoras con un gran sentido de lo económico y lo racional. Los panales están entre las estructuras mejor diseñadas y organizadas de la naturaleza: sus paredes se juntan en ángulos de 120º, formando hexágonos completos.
  9. Salen de la colmena en cuanto la temperatura exterior supera los 10 ºC.

Abejas volando en Pernica (Eslovenia).
Abejas volando en Pernica (Eslovenia). JURE MAKOVEC AFP

Y otras cinco medidas que los ciudadanos de a pie pueden tomar para ayudar a protegerlas:

  1. Cultivar plantas con fines decorativos en terrazas, balcones y jardines.
  2. Colocar cajas (fabricadas por uno mismo o compradas) para que las abejas se puedan instalar en terrazas o jardines.
  3. Utilizar pesticidas que sean inofensivos para las abejas y al pulverizarlos sobre las plantas, hacerlo en días sin viento, temprano por la mañana o al final del día, cuando las abejas están en sus colmenas.
  4. Concienciar a niños y jóvenes sobre la importancia de estos insectos.
  5. Evitar cortar el césped o segar cuando las plantas están floreciendo, y hacerlo siempre a últimas horas de la tarde.

La Unión Europea ha limitado recientemente la utilización de tres insecticidas perjudiciales para las abejas en los cultivos al aire libre. En este sentido, la FAO (agencia de la ONU para la alimentación y la agricultura) señala la agroecología como un camino por el que proteger a estos insectos y su labor agrícola. Las prácticas de este tipo de agricultura ecológica rechazan el uso de pesticidas químicos y tratan de aprovechar las actuaciones de todos los componentes del ecosistema.

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Stephen Jay Gould, el mejor paleontólogo del siglo XX

¿Por qué ningún animal se desplaza sobre ruedas? ¿Las cebras son blancas con franjas negras, o negras con franjas blancas? Con preguntas como estas, el paleontólogo, biólogo evolutivo y divulgador científico Stephen Jay Gould (10 de septiembre de 1941-20 de mayo de 2002) provocaba a sus colegas y a sus lectores, para luego explicar algunas de las ideas más complejas de la evolución. Así como Charles Darwin, Gould se dedicó a entender todos los aspectos de la naturaleza y desveló enigmas que atormentaban a sus compañeros desde que el maestro inglés publicara “El origen de las especies”, en 1859. Él completó las teorías de Darwin con nuevas hipótesis e inició tres debates científicos que llevaron a sus colegas a repensar las ideas del padre de la evolución y que le convirtirían en el mejor paleontólogo del siglo XX.

Jay Gould se dedicó a entender todos los aspectos de la naturaleza y desveló enigmas que atormentaban a sus compañeros. Fuente: Museum of Natural History

En la década de 1970, durante su doctorado en la Universidad de Columbia, Gould y Niles Eldredge analizaban fósiles para entender cómo operaba la evolución, hasta que ambos dieron con un problema aparentemente irresoluble. No encontraban cambios graduales en las especies, como preveía Darwin. Según su teoría los organismos de una misma especie compiten entre sí y el mejor adaptado al ambiente sobrevive y pasa a sus descendientes sus características; y así, de manera lenta y gradual, se van produciendo cambios en las generaciones futuras. Gould y Eldredge encontraron largos períodos de casi total estabilidad, sin cambio alguno, eventualmente interrumpidos por brotes de nuevas especies que aparecían de repente.

Darwin ya se había enfrentado al mismo problema más de un siglo antes, pero argumentó que la falta de fósiles se debía a la dificultad de encontrarlos. Gould y Eldredge llegaron a otra conclusión y publicaron en 1972 la teoría del equilibrio puntuado, según la cual las especies dan saltos evolutivos y cambian profundamente de un momento a otro, después de permanecer estables por mucho tiempo. Gracias a la controvertida tesis, Gould se ganó las críticas de grandes científicos como los biólogos evolutivos John Maynard Smith y Richard Dawkins.

El Equilibrio puntuado frente al Gradualismo. Fuente: Wikimedia

El Equilibrio puntuado frente al Gradualismo. Fuente: WikimediaS

Pero las críticas no le intimidaron y seis años después, como profesor de Harvard, Gould volvió a sacudir los cimientos de la evolución al afirmar, junto con Richard Lewontin, que las características de algunos organismos son simplemente consecuencia de la forma por la cual evolucionaron y no necesariamente fruto de la selección natural, como creen los darwinistas ortodoxos. Es decir, no todas las características de los seres vivos representan una ventaja evolutiva, sino que son simplemente efectos colaterales de la evolución. Un ejemplo es el raciocinio humano: la habilidad para resolver problemas no interesaba a los primeros homínidos, pero sí la capacidad de organizarse para la caza, la noción de espacio o la habilidad con las herramientas. Gould defendía que los mecanismos de la evolución mantuvieron en los seres humanos esa habilidad aparentemente banal que, de propina, nos ha dado la capacidad de leer, construir casas y tener una vida social y espiritual.

La fuerza del azar

La idea de fuerzas que, más allá de la selección natural, movieran la evolución de los seres vivos tampoco fue bien aceptada, pero a Gould le quedaba todavía una hipótesis polémica. En el libro “La vida maravillosa”, publicado en 1979, el paleontólogo sugiere que otra fuerza muy poderosa actúa en la evolución de las especies, el azar. Cuenta la historia de un fósil de 500 millones de años de un animal prehistórico similar a un pez y menciona que, si ese animal se hubiese extinguido antes de lo que lo hizo, quizá no existirían los seres humanos.

Gould argumenta que, si las catástrofes naturales ocurren aleatoriamente, un pequeño asteroide caído en un momento clave de la evolución tiene el poder de cambiar todo lo que viene después. Según esa teoría, la evolución no es intencional, no tiene fines ni una dirección general hacia lo más complejo, y no otorga un lugar privilegiado a la especie humana.

Usaba algunas metáforas para dilucidar la casualidad de los eventos relacionados con la especiación, como la de que la evolución sería igual a una película que, cada vez que fuese reiniciada, tendría un nuevo final. Gracias a ese lenguaje osado, pero simple, cautivó a sus lectores y se convirtió en uno de los más grandes divulgadores científicos de todos los tiempos. En uno de sus últimos ensayos, “La mediana no es el mensaje”¸ llegó a utilizar su propia enfermedad, un tumor que padeció durante años, para explicar la estadística y cómo ella le ayudó a creer que podría sobrevivir más de los ocho meses que le fueron asignados por los médicos. Su hipótesis tuvo éxito y pudo luchar durante 20 años con la enfermedad, hasta que en 2002 Stephen Jay Gould falleció en casa, entre sus fósiles y sus libros.

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