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Convertir sangre de tipo A en universal

La acción de dos enzimas de la microbiota intestinal transformaría el segundo grupo sanguíneo más común en sangre de tipo 0.

El hallazgo podría aumentar las reservas del grupo sanguíneo 0. [iStock/iLexx]

En su trabajo más reciente, Stephen G. Withers y su equipo, de la Universidad de la Columbia Británica, describen el modo de convertir sangre del grupo A en 0. De confirmarse, el hallazgo, publicado por la revista Nature Microbiology, permitiría aumentar las reservas de este último tipo sanguíneo, considerado «universal».

Una transfusión de sangre requiere de una óptima compatibilidad entre donante y receptor. De lo contrario, ante la mezcla de grupos sanguíneos incompatibles, la respuesta del sistema inmunitario podría ser letal. La presencia de determinados azúcares en la superficie de los glóbulos rojos determina si la sangre es de tipo A o B. En cambio, el grupo 0 se caracteriza por la ausencia de estos antígenos, por lo que su transferencia a sujetos A, B o AB con factor de Rhesus o Rh compatible, no genera reacción alguna.

Así pues, los autores centraron su investigación en eliminar los azúcares superficiales. Para ello, examinaron la microbiota intestinal. Algunas de las poblaciones bacterianas que habitan nuestro intestino son capaces de digerir unos compuestos de la mucosa intestinal, conocidos como mucinas, parecidos a los antígenos A y B.

Los microbios analizados se aislaron de muestras fecales obtenidas de un individuo varón, sano, asiático, de grupo sanguíneo AB. De entre todos ellos, destacó la especie Flavonifractor plautii. Según los resultados, pequeñas cantidades de dos enzimas secretadas por esta bacteria degradaron por completo el azúcar del grupo A, en muestras de sangre humana. Sin embargo, su acción no afectó al antígeno B.

Los científicos destacan que la elevada eficiencia y especificidad de las enzimas reducen de forma notable el coste económico del proceso de conversión. No obstante, se muestran prudentes y señalan el carácter preliminar de los datos. Futuros experimentos corroborarán la total eliminación del azúcar. Asimismo, investigarán cualquier posible alteración adicional inducida por las enzimas bacterianas, que pudiera ocasionar efectos indeseados en los pacientes.

Marta Pulido Salgado

Referencia: «An enzymatic pathway in the human gut microbiome that converts A to universal O type blood», de P. Rahfeld et al., en Nature Microbiology, publicado el 10 de junio de 2019.

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¿Por qué existen los distintos grupos sanguíneos?

Podría parecer que la sangre no es más que sangre, pero, a pesar de que todas las muestras contienen glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y plasma, varían los tipos de marcadores que están en la superficie de los glóbulos rojos. Estos marcadores son conocidos como “antígenos”.

Estas diferencias en los tipos de sangre fueron descubiertas en 1818, cuando el obstetra James Blundell transfundió a una mujer embarazada, que tenía hemorragia, sangre de su marido. Posteriormente, continuó haciendo transfusiones, de las cuales sólo la mitad tuvo éxito. La razón de los fracasos fue la incompatibilidad de grupos sanguíneos.

Los antígenos son básicamente proteínas y carbohidratos que sobresalen de la superficie de los glóbulos rojos. A pesar de que éstos son microscópicos, pueden influir considerablemente en que la sangre sea aceptada o rechazada al recibir una transfusión.

Hay 4 grupos sanguíneos principales: A, B, AB y 0. La sangre del tipo A tiene  Antígeno A; la sangre del tipo B tiene el Antígeno B; la sangre del tipo AB tiene antígenos A y B; y la sangre del tipo 0 no tiene antígenos.

  • El grupo A tiene el antígeno A en los glóbulos rojos y el anticuerpo B en el plasma. Puede donar a grupos A y AB, y puede recibir de A y 0.
  • El grupo B tiene el antígeno B en los glóbulos rojos y un anticuerpo en el plasma. Puede donar a grupos B y AB, y puede recibir de B y 0.
  • El grupo AB tiene antígenos A y B en los glóbulos rojos, pero no tiene anticuerpo A ni B en el plasma. Puede donar a grupos AB y recibir de grupos A, B y 0. Por eso se lo llama “receptor universal”.
  • El grupo 0 no tiene antígenos A ni B en los glóbulos rojos, pero tiene en el plasma los anticuerpos A y B. Puede donar a todos los grupos, por eso se lo llama “donante universal”. Únicamente puede recibir de grupos 0.

Además, existe un marcador adicional, denominado “factor Rh”. Este factor clasifica a la sangre como “Rh positivo” (que tiene el factor Rh) y “Rh negativo” (que no tiene el factor).

Al final, los tipos de sangre resultan ser 8: A+, A-, B+, B-, AB+, AB-, 0+ y 0-.

La clave es que el cuerpo está acostumbrado a tus glóbulos rojos con o sin proteínas en la superficie. Por eso, si una persona recibe su mismo tipo de sangre no hay problema: el cuerpo la reconoce. Pero si eres de un tipo de sangre y recibes otro, tu cuerpo lo desconoce, lo toma como agente extraño, y ahí es cuando el sistema inmunológico se pone en marcha: los glóbulos blancos comienzan a atacar a los glóbulos rojos desconocidos.

La transfusión de sangre es uno de los procedimientos que se realizan más frecuentemente en los hospitales para salvar vidas. Por lo tanto, siempre se necesitan donantes de sangre. Pero es importante conocer el grupo sanguíneo de la persona y su compatibilidad, para evitar que su sistema inmune reaccione para destruir los agentes desconocidos.

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VALENTÍN FUSTER | Director General del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares: “La genética es importante, pero si se cuidan los factores de riesgo cardiovascular, baja la mortalidad”

El cardiólogo defiende la educación en hábitos de vida saludables para combatir las enfermedades cardiovasculares

A los pies del imponente castillo medieval del municipio barcelonés de Cardona, el cardiólogo Valentín Fuster (Barcelona, 1943) ha estrenado el auditorio que lleva su nombre con el curso magistral sobre enfermedades cardiovasculares que organiza la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. El especialista, director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) y director del Instituto Cardiovascular del hospital Mount Sinai de Nueva York, ha abogado por dar una vuelta de tuerca al abordaje de las enfermedades cardiovasculares, principal causa de muerte en los países desarrollados.

«Prevenir» y «educar», repite el médico sin cesar. Cardona, de hecho, es un ejemplo de las dos cosas. El municipio, de apenas 5.000 habitantes, se ha puesto las pilas en la promoción de la salud y ha desplegado la iniciativa Cardona Integral, donde toda la promoción social y económica de la ciudad pivota sobre el cuidado de la salud.

Tras una dilatada carrera bregando con las enfermedades cardiovasculares, Fuster libra ahora una de sus mayores batallas. “Mi obsesión es la gente joven. Lo que estamos haciendo actualmente es cambiar una cultura: promover la salud y crear motivación en la gente joven”, sostiene con firmeza. El camino se presume largo, pero el médico no ceja en su empeño.

Pregunta. Dice que la forma de abordar la epidemia cardiovascular ha de cambiar. ¿Qué ha fallado?

Respuesta. Las enfermedades cardiovasculares están aumentando, lo que quiere decir que es un problema a muchos niveles. El primero es económico: la gente vive más tiempo porque tratamos mejor pero los medicamentos son muy caros y será muy difícil el mantener una financiación de un sistema de salud simplemente entrando en la enfermedad demasiado tarde. La tendencia ahora, por razones económicas, es identificar gente en riesgo y promover la salud desde los individuos más jóvenes.

P. ¿En eso están trabajando?

R. Trabajamos en comprender qué es la salud. Se sabe más de la enfermedad que de la salud. Intentamos saber cuáles son las características científicas que mantienen la salud. El aspecto económico está marcando la ruta: será más económico y barato el poder identificar la gente antes, a edades más tempranas, y promover la salud entre los niños.

P. ¿La gente es irresponsable con su salud?

R. No somos muy responsables de nuestra salud, individualmente hablando. Estamos en una sociedad de consumo donde es más fácil no cuidarse que cuidarse.

Ahora estamos usando tecnologías de imagen para identificar quién tiene ya la enfermedad o riesgo cardiovascular, para cambiar sus factores y sus hábitos. Y cuando un individuo sabe que está desarrollando la enfermedad, vemos cómo puede modificar los factores de riesgo. El problema es que esto es muy complejo en los adultos porque no cambiamos fácilmente de hábitos, incluso sabiendo que tenemos la enfermedad.

«Se sabe más de la enfermedad que de la salud», sostiene Fuster

P. ¿Es posible, realmente, reducir los factores de riesgo [tabaco, obesidad, colesterol, presión arterial alta, sedentarismo…]?

R. Sí se pueden cambiar los hábitos, pero es muy difícil en los adultos. Hemos hecho dos proyectos donde vimos que el espíritu de comunidad es absolutamente crítico. Por ejemplo, reuniones como las de alcohólicos anónimos las hacemos para otros temas de salud. Lo hicimos en Cardona y otros siete municipios españoles. Son grupos de 10 que se reúnen (por ejemplo, uno obeso, otro hipertenso y otro con el colesterol alto) y se ayudan.

También llegará un momento en el que tendremos que dominar la industria alimenticia, entrar en la legislación. Medir la presión arterial debería ser obligatorio.

P. ¿Falla la educación?

R. En adultos, cuando entras individualmente, consigues poco. Pero el que es realmente fértil es el niño. Estamos trabajando con 50.000 niños de diferentes lugares del mundo para enseñarles desde los 3 años hábitos de vida saludables. Son 70 horas de trabajo en seis meses y funciona. Estas edades son la ventana de la oportunidad.

P. ¿Dónde queda la predisposición genética?

R. Es importante, pero no tiene que ser una excusa. Hemos publicado dos estudios en The New England Journal of Medicine que dicen que un individuo genéticamente predispuesto a una enfermedad cardiovascular, si se cuida, baja a la mitad los eventos [cardiovasculares]. No hay duda de que la genética es importante pero si se cuidan los factores de riesgo, baja la mortalidad.

P. ¿La investigación en cardiología camina en la línea de la prevención?

R. Se hace en todos los aspectos, pero hay una tendencia en ir a por la gente más joven. Uno ha de saber que la enfermedad empieza muy pronto, lo que pasa es que no se manifiesta. La arterioesclerosis empieza a los 15-20 años, lo que sucede es que la explosión del infarto es a los 50.

P. La medicina de precisión es el presente y el futuro de muchas especialidades médicas. ¿Qué sucede en cardiología?

R. En cardiología es distinto. Aquí el problema que tenemos es que una medicación que ha de tomar mucha gente, como la estatina por ejemplo, no la toman. No podemos hablar de cardiología personalizada cuando el 70% de los infartados dejan de tomar la medicación que han de tomar.

«Uno ha de saber que la enfermedad empieza muy pronto, lo que pasa es que no se manifiesta», avisa el cardiólogo

P. ¿Por qué no hay adherencia al tratamiento?

Es un tema muy complejo. En infarto de miocardio el problema es la depresión; luego que se dan varias medicaciones, la gente pierde la adherencia a los medicamentos. Pero uno de los factores principales es que uno se encuentra bien y dice, ¿para qué tomar más la medicación?

P. En su última investigación demuestran que la ecografía tridimensional de las placas de colesterol puede predecir mejor el riesgo cardiovascular. ¿Qué papel juega la tecnología en esta batalla contra la epidemia cardiovascular?

P. Es básico. Yo llevo el CNIC y lo primero que pedí fue tecnologías, porque si no, no existe la investigación. Pero no podemos confundir la tecnología con la relación médico-enfermo, que es fundamental. Necesitas hablar con el paciente. No se puede pensar que la profesión médica es una profesión técnica porque no es así.

P. ¿Se ha perdido la humanidad?

R. Sí, se ha perdido. La educación está más enfocada al contacto con la tecnología, no al contacto con el paciente.

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Dudas y respuestas sobre la hipertensión

¿Qué es exactamente la hipertensión?

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El viaje sorprendentemente complejo del oxígeno por nuestro cuerpo – Enda Butler TED-Ed TED-Ed

Para ver la versión completa: http://ed.ted.com/lessons/oxygen-s-su…

El oxígeno compone el 21 % del aire a nuestro alrededor. En nuestro cuerpo, el oxígeno tiene un papel vital en la producción de energía de la mayoría de las células. Pero si la difusión de gases solo se puede dar en distancias cortas, ¿cómo alcanza el oxígeno las células del interior del cuerpo? Enda Butler sigue el viaje sorprendentemente complejo del oxígeno a través de nuestro cuerpo.

Lección de Enda Butler, animación de Compote Collective.

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Aparato Circulatorio

EL DOBLE SISTEMA DE BOMBEO DE NUESTRO CORAZÓN

En este vídeo se explica de forma simple pero muy didáctica la importancia del doble sistema de bombeo de la sangre en nuestro sistema circulatorio:

EL APARATO CIRCULATORIO (1)

En este vídeo se explica el funcionamiento de nuestro corazón:

Contesta a las siguientes preguntas:
¿ Cuál es el principal factor de riesgo para nuestro sistema circulatorio?
¿ Qué es un cateterismo? ¿ Qué es un stent?
INVESTIGA: Investiga acerca de la importancia de las enfermedades cardiovasculares en España en relación a la mortalidad de la población